La guerra como amenaza medio ambiental en la República Democrática del Congo

Diana Ivette García Cobos

REUTERS/James Akena La devastadora segunda guerra del Congo. https://www.solobasket.com/fotos/la-devastadora-segunda-guerra-del-congo.

El segundo país con mayor territorio en África Subsahariana y el lugar en donde se localiza una de las selvas tropicales más grandes del planeta con 288 millones de hectáreas (Cool Earth, s.f.) es víctima de la guerra y la militarización, desarrolladas a raíz de estructuras patriarcales, racistas y colonizadoras que han llevado a la destrucción ambiental  y a la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo. El presente texto pretende identificar las consecuencias de esta guerra y militarización, especialmente el daño a la naturaleza y las situaciones de inseguridad humanitaria que amenazan constantemente al país africano, para así llegar a cuestionar y reflexionar sobre la incertidumbre que se mantiene latente en la región.

Las estrategias militares incorporan los riesgos ambientales y el cambio climático, debido a que son factores que determinan la inseguridad nacional hasta llegar a impactar en la escala global. La obtención y acaparamiento de <<recursos>> naturales, para la acumulación de capital, el fin en sí mismo, utiliza la guerra como herramienta y esta hace posible la reproducción y la dominación del sistema capitalista. Así se mantiene continuo el flujo del capital, a pesar de lo impredecible que se ha tornado el escenario mundial, caracterizado por crisis, y las consecuencias desiguales que tiene para la humanidad y la naturaleza. En la actualidad, aunque sólo el 35% de la población mundial es la causante del 67% de las emisiones mundiales de CO2 que degradan el ambiente  (el gasto militar global es responsable del 82% (Coronel, 2022)), es la mayoría empobrecida la que paga el daño, la que sufre las crisis.

En el caso de la República Democrática del Congo (RDC), la inseguridad humanitaria se refleja en los desplazamientos de 5 millones de personas entre 2017 y 2019, el difícil acceso a atención médica, la separación de familias, además de los innumerables abusos y violencias (ACNUR 2022). Las múltiples violaciones que se viven por hombres armados, ya que la militarización y el patriarcado trabajan de la mano, han convertido a la violación en un arma que permite penetrar y trastocar las relaciones sociales en todas las escalas, tanto así que se han dado más de 50,000 violaciones a los Derechos Humanos entre personas refugiadas y desplazadas en 2022 (ACNUR, 2022), situación que se ha ido agravando tras el conflicto armado entre el grupo M23 y el ejército congoleño.

Estas transgresiones en beneficio del capital no sólo han impactado a la población humana, sino también a los distintos ecosistemas que conforman a la región, como la Selva del Congo, la cual se ha visto amenazada y destruida en mayor medida al pasar de los años debido a que la tala ilegal, la construcción de carreteras y otras infraestructuras, el incumplimiento de leyes, y sobre todo el desarrollo de conflictos bélicos, perpetuán la explotación y degradación forestal. En la actualidad, por ejemplo, especies de árboles como Afrormosia, Milicia excelsa y Pterocarpus, por mencionar algunas, continúan siendo exportadas ilegalmente y vendidas por grandes cantidades de dinero a Europa y Asia, sin importar que su proceso de maduración lleve aproximadamente un siglo debido a su gran altura (Anadolu Agency, 2017), generando un desbalance entre la gran cantidad de árboles talados y el tiempo que les lleva volver a crecer con tal de obtener grandes ganancias en el menor tiempo.

De este modo, es posible afirmar que la guerra ha sido un mecanismo infalible para impulsar el flujo del capital y la reproducción del sistema capitalista a costa de quienes producen y reproducen vida. El extractivismo es parte fundamental de la estrategia, pues luchar por recursos, requiere también de su explotación, para alcanzar el fin de maximización y acumulación de ganancias. Es en esta lógica que RDC ha buscado posicionarse como un actor importante en el escenario internacional a partir de la extracción y producción de petróleo y del gas natural, dos recursos energéticos primordiales en la economía global. En julio de 2022, se subastaron los derechos de explorar y posiblemente explotar en un futuro 27 bloques de petróleo y tres de gas natural (Santodomingo, 2022), a pesar de ser la causa de entre el 25 y el 50% de las guerras suscitadas desde 1973 (Coronel, 2022).

Es evidente que se ha dejado de lado la importancia de la justicia social y la justicia climática para darle prioridad a las estructuras dominantes que han originado y agudizado las distintas crisis vividas en este territorio y en el mundo. Por ello es importante no dejar de lado los temas medio ambientales al hablar de los efectos de la guerra y la militarización en la producción del espacio.

La República Democrática del Congo se ha visto afectada por la guerra y los conflictos armados que se han desarrollado dentro del territorio, teniendo como consecuencia la yuxtaposición de varias crisis en un mismo espacio. Es fundamental enunciar que la mancuerna milicia-petróleo está haciéndose cada vez más presente y preocupante, dejando de lado los daños medio ambientales que se están suscitando, especialmente la incertidumbre que viven los seres vivos que conforman la región, que han sido subyugados a costa del flujo del capital y la subsistencia del sistema capitalista.

Es necesario que la RDC y el mundo en general, priorice la justicia climática y la seguridad de los seres vivos. Las regulaciones y la información transparente es fundamental para cuestionar, analizar y crear nuevas acciones que prioricen la calidad de vida, en donde haya una preparación para combatir, prevenir y aminorar la crisis climática, humanitaria, alimentaria, energética, etc. en lugar de que los ejércitos y los armamentos perpetúen sus estrategias sólo para defender aquello que amenaza al capital. De otra forma, la militarización sólo seguirá profundizando las desigualdades y acrecentará los problemas en pro del crecimiento económico de los actores hegemónicos.

Referencias

Tecnologizar las fronteras: el innovador sustento militar del discurso antimigratorio

Eunice Saraí González Ramírez

El Muro de Berlín fue derrumbado el 9 de noviembre de 1989, fecha que, tiempo después, se convertiría en el Día Mundial de Acción por un Mundo Sin Muros. En ese mismo año, alrededor del mundo se estimaba la existencia de seis muros fronterizos que treinta y un años después, en 2020, se convirtieron en al menos setenta, hoy llamadas barreras físicas oficialmente registradas (Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, 2020; Mas, 2020) en las que las fuerzas militares han tenido un papel fundamental para su mantenimiento y protección. Actualmente, los muros “físicos” o territoriales y la tradicional seguridad fronteriza son sobrepasadas por el incremento de barreras virtuales, también llamadas inteligentes, que demuestran cómo es que la ardua militarización fronteriza encuentra su sustento en la innovación y avance tecnológico.

Edición propia de la autora con fotografías de: DW (2022) Casi 1.300 migrantes exigen libre tránsito en frontera sur de México [Fotografía]. https://www.bayometric.com/smart-technology-changing-border-security/ & Rogan, J (s.f) How Smart Technology is Changing Border Security Bayometric. [Fotografía]. https://www.dw.com/es/casi-1300-migrantes-exigen-libre-tr%C3%A1nsito-en-frontera-sur-de-m%C3%A9xico/a-61945609

Ficción hecha realidad

La industria tecnológica ha encontrado en la militarización de la migración un campo fértil listo para explotarse al máximo. De los artefactos más conocidos destacan las Torres Fijas Integradas (IFT) –estructuras de carga solar que miden alrededor de 50 metros y están equipadas con cámaras de visión nocturna–, los bien conocidos drones con cámaras de alta definición, vehículos con telémetro térmicos (que generalmente se usan en espacios donde no es posible plantar Torres por el tipo de suelo), dispositivos láser con detección de movimiento, vallas inteligentes, sensores térmicos, entre otros. Para darse una idea de la popularidad de estos artefactos, en 3 km de frontera estadounidense hay 81 Torres Autónomas de Vigilancia (Latinus, 2021).

El problema no es el aprovechamiento del desarrollo tecnológico, pero sí lo son las razones, intereses, personas y sistemas de poder a los que responde su uso. Mucho en lo que se apoyan estas tecnologías de alta gama son datos personales vendidos de una empresa a otra para identificar qué personas serán identificadas como migrantes legales o ilegales; pero, por si fuera poco, la detección de estos softwares está basado también en características físicas detectadas con las cámaras y sensores de estos novedosos aparatos, lo cual agudiza los vicios discursivos en los que generalmente se basan los argumentos antimigratorios: el racismo, la xenofobia y la aporofobia.

Galardón a la injusticia

Entre 2008 y 2020, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) –ambos de Estados Unidos (EE.UU)– emitieron 105, 997 contratos por valor de $55, 100 millones a más de 10 corporaciones privadas activas en el negocio de las fronteras virtuales (Aiseki., Boyce., Miller., Nevins., Ticktin., 2021). Una de esas 10, es la empresa Elbit Systems, que no sólo destaca por ser una empresa israelí líder en la producción y venta de sistemas y productos de alta tecnología militar para la Defensa y Seguridad fronteriza de más de 10 países, sino que además ha sido nombrada durante cuatro años por The ethisphere institute (una empresa estadounidense que reconoce estándares éticos empresariales) “La empresa más ética”. (Elbit Systems, 2022)

Sus nombramientos quedan en tela de juicio cuando se ha demostrado que sus avances tecnológicos y su capacidad de mercantilizarlos trae una militarización de grueso calibre, traducida en deportaciones, detenciones injustificadas, violación de derechos humanos y cientos de muertes, a causa de las nuevas tecnologías fronterizas que discriminadamente catalogan la ilegalidad migratoria. Como diría Galeano: vivimos en el mundo al revés, donde se premia la falta de escrúpulos y la injusticia (2015, p.9)

Ahora bien, toca preguntarse algo que no puede dejarse de lado: ¿Qué impulsa a los gobiernos a pasar de las fronteras físicas a las tecnológicas? Para responder a eso se debe estar consciente de que cualquier respuesta a la pregunta está sustentada en un entramado sistémico, discursivo, ideológico, militar y de intereses, pues es todo esto lo que mueve y emite acciones en materia migratoria. Por un lado, mucho se apela a la seguridad nacional, sin embargo eso queda de lado cuando el migrante o refugiado tiene un tono de piel o un nivel de ingresos benéfico para el sistema y discurso político-económico del país al que llega.

Por otro lado, se apela a la idea de que tecnologizar la seguridad fronteriza cuesta menos, resulta más eficaz y, es amigable con el medio ambiente, sin embargo hay mucho que cuestionar en sus argumentos pues la realidad muchas veces demuestra lo contrario. No hay duda de que, como bien apunta Ramírez, ahora más que nunca “Estamos presenciando el surgimiento de políticas de control con rostro (in)humano” (2018, p.10).

Reflexiones finales

Se le ha atribuido al desarrollo tecnológico la cualidad de eficientar las soluciones ante los grandes “problemas”. Esta confianza plena en las empresas que generan alta tecnología, está orientada plenamente por la xenofobia, la aporofobia y el racismo en general, aunque en los medios de comunicación sea disfrazado y hecho legítimo a través del discurso de la seguridad nacional y hasta internacional. Al final, llamarlo de una u otra manera, implica directamente hablar de innovaciones en la militarización de las fronteras

Para plantear soluciones, las políticas migratorias no deberían ir dirigidas a pensar con qué empresa se tendrá la última tecnología militar en sus fronteras, sino que debería estar orientada en cómo cooperar para que las personas tengan sus necesidades y derechos cubiertos en sus países, para que, si deciden salir de su país, no lo hagan por razones de supervivencia.

La tecnología avanza para facilitar los propósitos de quien la ejerce, no de a quienes apuntan los lasers y drones. La realidad que se vive en los procesos de movilidad de los migrantes es tan dialéctica y para nada sencilla; entre más pasa el tiempo y la tecnología militar avanza, sus retos se diversifican y se agudizan. Sobrevivir se ha vuelto algo más que de valientes: de migrantes.

Fuentes consultadas:

Aiseki, M., Boyce, G., Miller, T., Nevins, J., Ticktin, M. (2021) Smart borders or a Humane world? The Immigrant Defense Project’s Surveillance, Tech & Immigration Policing Project, and the Transnational Institute. https://www.tni.org/en/publication/smart-borders-or-a-humane-world

Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. (2020). 9 de noviembre, Día Mundial de Acción por un Mundo Sin Muros.

https://www.apdha.org/9-noviembre-dia-mundial-mundo-sin-muros/#:~:text=9%20de%20no viembre%2C%20D%C3%ADa%20Mundial%20de%20Acci%C3%B3n%20por%20un%20M undo%20Sin%20Muros,-WhatsApp&text=Resulta%20parad%C3%B3jico%20volver%20a% 20celebrar,para%20no%20contaminar%20ni%20contaminarnos.

BBC News Mundo. (2018) Cómo Amazon, Microsoft y otras empresas ganan millones gracias a las políticas de Donald Trump contra la inmigración. https://www.bbc.com/mundo/noticias-45985249

Elbit Systems. (2022) Who we are. https://www.elbitamerica.com/ethics Galeano, E. (2015) Patas arriba: la escuela del mundo alrevés. Ciudad de México: Siglo XXI Editores.

Latinus. (2021) Con drones, radares y torres autónomas de vigilancia, EU reforzó el muro fronterizo con México. https://latinus.us/2021/01/12/estados-unidos-erige-tecnologia-muro-virtual-frontera-mexico/ 6- Mas, C. (2020, 18 de Noviembre) El mundo tiene diez veces más muros en las fronteras que hace 30 años. ARA. https://es.ara.cat/internacional/cuantos-muros-fronteras-hay-mundo-inmigracion-refugiados-p obreza_1_1034548.html

Ramírez, J. (2018) De la era de la migración al siglo de la seguridad: el surgimiento de “políticas de control con rostro (in)humano”. URVIO, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad, (23), 10-28. https://www.redalyc.org/journal/5526/552657509001/552657509001.pdf

Seguridad energética y riesgo ambiental: el caso NordStream

Natsumi Tanamachi

Danish Defence/Anadolu Agency/Getty Images

En septiembre de 2022, una serie de fugas y explosiones en los gasoductos gemelos Nord Stream 1 y 2 aumentaron las tensiones entre la Unión Europea (UE) y Rusia cuando mandatarios europeos señalaron los eventos como ataques deliberados. Estos gasoductos recorren el Mar Báltico y suministran gas natural desde Rusia hacia la red de gas europea (Nord Stream, s/f). Alrededor de una cuarta parte de toda la energía utilizada en la Unión Europea es gas natural (Consejo Europeo, 2022), pero tras el agotamiento de las reservas del Mar del Norte, se ha convertido en el mayor importador de gas natural del mundo.

El suministro de gas europeo dependía en más de 40% de Rusia (International Energy Agency, 2022) al momento en que ésta emprendió una ofensiva militar contra Ucrania, en febrero de 2022. La UE calificó esta “operación especial” como “no provocada e injustificada” (Consejo Europeo, 2022) y adoptó una serie de sanciones contra Rusia, agravando una relación que ya era entonces voluble. Como respuesta, el gobierno de Vladimir Putin recortó el suministro de gas a Alemania y otros países europeos. Aunque las empresas rusas, como Gazprom, justificaron los recortes como producto de mantenimiento técnico (BBC, 2022), autoridades y medios occidentales no dudaron en deducir que se trataba de una acción política.

La energía es el sector más controversial en la disputa entre Bruselas y Moscú porque los hidrocarburos movilizan la producción y circulación de todas las materias primas y mercancías del mundo. Todas las determinaciones del capital necesitan a los fósiles para valorizarse: son el fundamento energético elegido para asegurar la reproducción del sistema productivo y, en general, del modelo civilizatorio capitalista.

Los oleoductos y gasoductos son de vital importancia para la seguridad del abastecimiento energético e implican, además de procesos de reconfiguración espacial y vulnerabilidades en materia de geopolítica (por la posibilidad del sabotaje o cierre estratégico), grandes riesgos ambientales –a pesar de que se consideran el modo de transporte de hidrocarburos más seguro–. Es decir, no sólo está en juego el abastecimiento energético de Europa. El impacto ambiental tanto de los derrames de petróleo como las fugas y explosiones de gas suelen ser pasados por alto, aún cuando son a la vez causa y efecto del colapso ecológico capitalogénico que pone en riesgo la trama de la vida.

Las fugas de los gasoductos liberan grandes cantidades de gases a la atmósfera, como el metano: un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento climático mayor al del dióxido de carbono. Las fugas de Nord Stream, según estimaciones asociadas del gobierno danés, equivalen a medio millón de toneladas métricas (PBS News Hour, 2022) de metano. Más allá de un supuesto ataque deliberado, en el corazón de la discusión debe abordarse el riesgo socioambiental de la dependencia absoluta de los hidrocarburos, su extracción intensiva e insensata, y su consecuente papel de desestabilización en el sistema.

Los gobiernos de la UE, enfrentados a la vulnerabilidad de su seguridad energética –particularmente de su suministro de gas, aproximándose el invierno– por un conflicto geopolítico, han buscado alternativas para reducir su dependencia de Rusia. Estas van desde la búsqueda de diferentes proveedores, hasta la reducción del consumo y la apuesta por las “energías verdes”(Consejo Europeo, 2022). Aunque estas soluciones asisten, cuando menos en el mediano plazo, a una estrategia de seguridad energética europea, están lejos de poder detener la crisis de seguridad ambiental, el colapso.

La reducción del consumo sí debe ser importante, pero es muy difícil de lograr y, seguramente, los estándares que proponga la UE no sean suficientes: Alemania, por ejemplo, está entre los 10 mayores consumidores de gas natural y de petróleo del mundo (U.S Energy Information Administration, 2021), aún cuando su población representa sólo alrededor del 1% de la población mundial (World Bank, 2021).

Las “energías verdes” responden más al agotamiento de “recursos” fósiles que a la protección medioambiental. Es verdad que sirven como alternativa más “limpia” para retrasar los efectos del cambio climático, pero no van a reemplazar la fuente fósil. En primer lugar, por los intereses del capital fósil; por sólo mencionar un sector podemos referirnos al militar: veintiún miembros de la UE pertenecen a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ha participado en guerras contra Libia y Afganistán en las que se quemaron millones de barriles de petróleo (Crawford, 2019). Además, y es esta la razón más importante, los fósiles son la configuración que le permite al capital reproducirse con más alcance, son el sistema energético más estable y fácil de controlar (Altvater 2018), dándole mayor poder de ordenamiento.

Pero la elección fósil del proyecto civilizatorio capitalista no sólo lo confina a la cantidad de energía física contenida en los estratos terrestres (que implica los límites reales del capital fósil) sino que condena a la destrucción acelerada de las condiciones materiales de la vida en el planeta. No podemos olvidar que entre más eficiente sea el capital, también será más destructivo. Si sólo la fase fósil del capital le permite realizarse a máxima potencia, esta fase también será la más devastadora, será la Última Era.

El capital está indispuesto a cambiar su configuración energética, lo que indica que su fin será, necesariamente, fósil. Pero este fin tiene la potencialidad de terminar, también, con las condiciones de existencia de la vida en el planeta. El capital no va a desfosilizarse, pero la vida tiene – necesariamente– que hacerlo. Es decir, Europa puede tener éxito en su plan de reducir la dependencia energética de Rusia, pero sus políticas de seguridad energética siguen sin ser congruentes con la seguridad ambiental. Esto no debe resultarnos extraño. No habrá seguridad ambiental mientras nos relacionemos con el planeta según lógicas capitalistas.

Fuentes de consulta.

Consejo Europeo (2022). Consilium Europa. 20 de Septiembre. Último acceso: 04 de Enero de 2023. https://www.consilium.europa.eu/es/policies/sanctions/restrictive-measures-against-russia-over-ukraine/sanctions-against-russia-explained/#sanctions.

Crawford, Neta (2019). «Pentagon Fuel Use, Climate Change, and the Costs of War .» Costs of War, Watson Institute, Brown University 1-46.

Altvater, Elmar. (2018). «El Planeta Tierra, el sistema capitalista mundial y las múltiples crisis sistémicas.» En Sociología Política del Colapso Climático Antropogénico, de John Saxe-Fernández (coordinador), 111-130. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.

BBC (2022). «El precio del gas se dispara en Europa luego de que Rusia recortara los suministros a Alemania .» BBC News. 27 de Julio. Último acceso: 09 de Enero de 2023. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-62319304.

International Energy Agency. (2022). «How Europe can cut natural gas imports from Russia significantly within a year.» IEA. 03 de Marzo. Último acceso: 07 de Enero de 2023. https://www.iea.org/news/how-europe-can-cut-natural-gas-imports-from-russia-significantly-within-a-year.

Nord Stream. (s/f.) Nord Stream, Operations. Último acceso: 04 de Enero de 2023. https://www.nord-stream.com/operations/.

PBS News Hour. (2022). «Gas leaks in Baltic Sea could equate to 1/3 of Denmark’s CO2 emissions, official says.» PBS News Hour. 28 de Septiembre. Último acceso: 19 de Enero de 2023. https://www.pbs.org/newshour/world/gas-leaks-in-baltic-sea-.

U.S Energy Information Administration. (2021). «What countries are the top producers and consumers of oil?» U.S Energy Information Administration. Último acceso: 22 de Enero de 2023. https://www.eia.gov/tools/faqs/faq.php?id=709&t=6.

World Bank. (2021). «Population Total, Germany.» World Bank Data. Último acceso: 25 de Enero de 2023. https://data.worldbank.org/indicator/SP.POP.TOTL?locations=DE.

La militarización ante la violencia por el narcotráfico: el Culiacanazo

Tania Pamela Moreno Alvarado

Un impacto de bala junto a una imagen religiosa en la entrada al pueblo. Gladys Serrano/El País

La militarización en México es un tema cada vez más frecuente entre la población. Militares en proyectos para el llamado “desarrollo” y otras infraestructuras, el Ejército siendo parte de las tareas de la policía civil, la nueva Guardia Nacional custodiando el Metro de la Ciudad de México. Los papeles que les asigna el gobierno los ponen cada vez más cerca de la sociedad. Enfrentar la violencia que genera el crimen organizado y otros grupos delictivos a través del uso del Ejército y Fuerzas Armadas ha sido una prueba tangible de esta militarización.

En 2006 empieza la denominada “Guerra contra las drogas“ por parte del presidente Felipe Calderón, una “guerra” fallida que dio como resultado el incremento de la violencia, los homicidios y las desapariciones forzadas a lo largo de todo el país. De acuerdo con diversas fuentes oficiales, las denominadas “narcoejecuciones” tuvieron un alza entre 2007 y 2011[1], y en ellas, además, ocurrieron aproximadamente 26 mil desapariciones.[2]

Lo anterior deja ver a un Estado fallido, débil y con un cuerpo militar rebasado por el narcotráfico. Siguiendo a los investigadores Jonathan D. Rosen y Roberto Zepeda,

Calderón militarizó la guerra contra las drogas con el fin de capturar o matar (si se resistían) a los principales líderes del narcotráfico. Recurrió al Ejército y la Marina porque las fuerzas policiacas no eran confiables, ya que estaban invadidas por la corrupción.[3]

Si bien la militarización como respuesta ante el narcotráfico no es algo exclusivo del sexenio de Felipe Calderón, pues se ha presentado desde años previos, el mayor despliegue de fuerzas militares data del 2006, año en el que el presidente Calderón inicia la “batalla” contra el crimen organizado.[4] Junto con ello, se presentó una alza en las violaciones de derechos humanos, torturas y desapariciones, en contra de la población civil, todas ellas a manos de militares. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), desde el final del 2006, México ha recibido más de 6.000 denuncias de abusos contra los derechos humanos perpetrados por las fuerzas armadas mexicanas.[5] Aquí radica la preocupación.

A pesar de los estragos evidentes en las dolorosas cifras de la fallida guerra contra las drogas, en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha llevado a cabo un reforzamiento de la militarización en el país. La justificación de dicha militarización sigue siendo la misma: la incapacidad de las instituciones y la policía para combatir la violencia debido a la corrupción existente en ellas. ¿Ha disminuido la violencia? El Culiacanazo demuestra que no.

Cunas de la miltarización en el país: Sinaloa

Desde hace algunas décadas, Sinaloa, uno de los puntos focales en donde se han concentrado originariamente grupos del crímen organizado,  ha sido el territorio que muestra de manera más clara la militarización del país, bajo el supuesto de que eso disminuirá los niveles de violencia y permitirá la desarticulación de los cárteles que operan en el Estado. Con la llegada en 2017 de un nuevo gobernador, Quirino Ordaz Coppel, dicha militarización fue clara, pues se encargó de nombrar a un militar como Secretario de Seguridad estatal, a otro como subsecretario, y a otro más como director de la Policía Estatal Preventiva, acercando a los militares cada vez más a las tareas de la policia civil, a la cotidianeidad de las y los habitantes del territorio.[6]

El objetivo central de esta militarización en el estado parte de la disminución de la violencia por el crimen, generando una estrategia de segurida, desde un enfoque tradicional para alcanzar intereses de la nación como el bienestar de las y los ciudadanos. Sin embargo, el llamado “jueves negro”[7] en el que Fuerzas Armadas intentaron detener  a Ovidio Guzmán, hijo del  narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, que después fue liberado, en uno de los territorios más militarizados, demostró que esa no tiene que ser ni es la solución.

De acuerdo con las versiones oficiales de la prensa nacional, el 17 de octubre del 2019, las Fuerzas Armadas llevaron a cabo la detención de Ovidio Guzmán, un sicario de alto rango del Cártel de Sinaloa e hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán. Esto desencadenó una serie de enfrentameintos entre los grupos delictivos y militares y policias. Miembros del cártel tomaron las calles y comenzaron a causar pánico en la sociedad. Michael Lettieri, junto con Philip Johnson y Cecilia Farfán-Méndes,  mencionaron al respecto que:

La respuesta del cártel frenó toda actividad en la ciudad. Los hombres armados iban en camionetas, tomaron el control de puentes y sitiaron las vialidades principales de la ciudad. Detuvieron camiones y autobuses por la fuerza, los vaciaron y les pusieron fuego en las encrucijadas de la ciudad, produciendo grandes columnas de humo. Las personas que se encontraban en restaurantes, supermercados y gasolineras se tiraron al suelo o corrieron para resguardarse, mientras que los sicarios y soldados se dispararon entre sí.[8]

Aquel  día, 55 prisioneros de Aguarato de Culiacán escaparon y tomaron puntos estratégicos en toda la ciudad;[9] para el 19 de octubre, ante la falta de control de la situación, el presidente Andrés Manuel ordenó la liberación de Ovidio Guzmán declarando que no valía más la captura de un delincuente que la vida de las personas que habitaban Culiacán. 

La violencia trastocó profundamente el orden social y se vislumbró que las Fuerzas Armadas no son la solución ante la complejidad del problema del crimen. El miedo y el terror que se vive ha sido una constante en esta ciudad, miedo y terror que permanece hasta el día de hoy.

El periodista Javier Valdez en una crónica para el periódico La Jornada relata lo siguiente:

Calles cerradas, helicópteros volando, militares y policías por todos lados, en cada esquina. Ahora nadie pita a otro, menos una mentada. Hay mucho miedo. En todos los semáforos la gente voltea a ver de reojo al otro conductor. Si es una troca, no avanza hasta que ésta se va.[10]

Lo sucedido en Culiacán, Sinaloa, dejó ver lo ya evidente desde sexenios anteriores: la militarización no es, ni será la respuesta ante la violencia derivada del narcotráfico. Al contrario, la presencia militar acrecienta los niveles de violencia, desapariciones y homicidios.

El Culiacanazo queda en la memoria de todxs, es un recordatorio de cómo las Fuerzas Armadas del país fueron rebasadas por los grupos criminales, y de cómo el gobierno fue incapaz de afrontar el estado de violencia que azota a todo México.

El país no necesita más militares en las calles sino necesita mejores políticas públicas, instituciones fuertes para enfrentar problemas como la corrupción y la desigualdad, y un mejoramiento del sistema de justicia. Es necesario poner en el centro de la discusión una seguridad más integral y holística antes que los enfoques de la seguridad tradicional.

Bibliografía

Amnistía Internacional. “México: Los casos de abusos del ejército Mexicano deben ser juzgados por tribunales civiles”, Amnistía Internacional, 2011, Disponible en: https://www.amnesty.org/es/documents/pre01/560/2011/es/

D. Rosen, Jonathan y Zepeda, Roberto. “Una década de narcoviolencia en México: 2006-2016”, [en línea], Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, 2016 Disponible en: https://www.casede.org/PublicacionesCasede/Atlas2016/JonathanD_Rozen_Roberto_Zepeda.pdf

Lettieri, Michael, Johnson Philip y Farfán-Mén, Cecilia, “Culiacán interpretaciones sobre la violencia y memoria”, Centro de Estudios México-Estados Unidos, 2020, Disponible en: https://revistaespejo.com/wp-content/uploads/2020/10/Culiacan-Intepretacion-Violencia-Memoria-fnl-.pdf

L. Menéndez, Eduardo, “Violencia en México: las explicaciones y las ausencias”, Altereidades, 2012, Disponible en: https://www.scielo.org.mx/pdf/alte/v22n43/v22n43a12.pdf

Meza, Silber, “Sinaloa:cuna del narco y símbolo de la militarización de México”, Efecto Cocuyo, 04 de diciembre de 2021, Recuperado de: https://efectococuyo.com/internacionales/sinaloa-cuna-del-narco-y-simbolo-de-la-militarizacion-de-mexico/

Valdez, Javier, “El Ejército ocupa Culiacán y Navolato, en un intento por abatir ola de violencia”, La Jornada, 2008, Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2008/05/14/index.php?section=politica&article=012n1pol


[1] Rafael López y M. del Pozo, “27 ejecutados al día”, Milenio, 1 de diciembre de 2012.

[2] Notimex, “Segob da a conocer lista de 26,000 desaparecidos,” El Financiero, 12 de diciembre de 2014.

[3] Jonathan D. Rosen, y Roberto, Zepeda,. “Una década de narcoviolencia en México: 2006-2016”, [en línea], Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, 2016 Disponible en: https://www.casede.org/PublicacionesCasede/Atlas2016/JonathanD_Rozen_Roberto_Zepeda.pdf

[4] Claudia Herrera, “El gobierno se declara en guerra contra el hampa; inicia acciones en Michoacán”, en La Jornada 12 de diciembre de 2006 Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2006/12/12/index.php?section=politica&article=014n1pol

[5] Amnistía Internacional. “México: Los casos de abusos del ejército Mexicano deben ser juzgados por tribunales civiles”, Amnistía Internacional. 2006, Disponible en: https://www.amnesty.org/es/documents/pre01/560/2011/es/

[6] Silber, Meza, “Sinaloa:cuna del narco y símbolo de la militarización de México”, Efecto Cocuyo, 04 de diciembre de 2021, Disponible en: https://efectococuyo.com/internacionales/sinaloa-cuna-del-narco-y-simbolo-de-la-militarizacion-de-mexico/

[7] ibidem.

[8] Michael Lettieri, Philip Johnson y Cecilia Farfán-Méndes, “Culiacán interpretaciones sobre la violencia y memoria”, Centro de Estudios México-Estados Unidos, 2020, Disponible en: https://revistaespejo.com/wp-content/uploads/2020/10/Culiacan-Intepretacion-Violencia-Memoria-fnl-.pdf

[9] ibidem

[10] Javier Valdez, “El Ejército ocupa Culiacán y Navolato, en un intento por abatir ola de violencia”, La Jornada, 2008, Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2008/05/14/index.php?section=politica&article=012n1pol