La producción del espacio desde el etnonacionalismo serbobosnio: nuevas amenazas a la integridad de Bosnia-Herzegovina

Rebecca Mejía Meza
AP Photo/Amel Emric

Han pasado 30 años del inicio de la Guerra de Bosnia, y la paz prometida que se buscó alcanzar con la firma de los acuerdos de Dayton se ve desplazada por resentimientos entre los tres grupos étnicos que habitan dentro del territorio. No es de sorprender que con la separación dentro de Bosnia, palpable y visible a través de la creación de dos entidades federativas asignadas para las diferentes etnias, la división comunitaria continúe y se recrudezca con el aparecimiento de proyectos que enaltecen a unos sobre otros.

La disputa por la pertenencia y el territorio, sumada a la crisis política que se viene arrastrando en Bosnia-Herzegovina desde los últimos años, genera un cuestionamiento de la legitimidad de la creación del Estado. Las dos entidades, Bosnia y la República Srpska, representan una división que marca la vida social y las relaciones de poder dentro del país y cuyo complejo sistema político desfavorece la estabilidad del territorio. El presente texto busca entender, desde la producción del espacio, el etnonacionalismo serbobosnio como herramienta del proyecto de la República Srpska en búsqueda de desintegrarse de Bosnia-Herzegovina. 

A la espacialidad se le debe entender como un ciclo cuya construcción siempre se encuentra en constante cambio. De acuerdo a Henri Lefebvre, el espacio debe ser entendido como producto y productor social en los sujetos, que mediante la práctica, cambian o transforman cierta materialidad[1]. Dicha materialidad va a influir en los sujetos y sus acciones. Así como es un contenedor de los procesos de socialización, el espacio es considerado una construcción social constante, producto y productor de asimetrías; ya sea en relaciones de poder, transformaciones socioeconómicas, prácticas culturales, etc.

El espacio contiene y expresa el orden impuesto por lo socialmente planeado, pero también el desorden producido por la yuxtaposición de espacialidades contradictorias, por los posicionamientos espaciales de los “otros”, o las contra-espacialidades de los subordinados. En este sentido, el espacio es político y abierto a la lucha política. No es fijo, ni muerto, ni mucho menos neutral[2].

Dicho esto, se tiene que entender entonces, que el espacio va a ser garante de las asimetrías que se presenten en su interior. La configuración del espacio materializado, el cual nunca será neutral, también va a ser aquel que enajene a todo lo que no entre en sus parámetros específicos[3]. El espacio va a priorizar todo lo que sí cumpla con ellos, –grupos, acciones, lugares, símbolos, etc.–, y determinará cuáles son superiores a otros y, por ende, que entrarán en dicha delimitación materializada y tangible. Es así como una determinada clase o grupo tiene asegurada su pertenencia en el espacio, enajenando o excluyendo a aquellos que no pertenecen en los parámetros construidos en las relaciones sociales.

No obstante, al ser el espacio un escenario que por naturaleza alberga procesos de socialización, es por ende uno de diversidad. Pensar la diversidad dentro de las lógicas de la producción del espacio es una de las grandes necesidades que se deben tener en cuenta. “Sin espacio, no hay multiplicidad, sin multiplicidad no hay espacio.”[4] La misma exclusión de unxs del espacio, es la producción de nuevas formas de espacializar. Entendamos así, que las similitudes de un grupo dominante o élite en un espacio delimitado enajena a las clases que no cumplen con los elementos de pertenencia, y dichas diferencias serán capaces de crear un nuevo espacio.

Desde este entendimiento, la construcción de formas de exclusión que hacen juego con el nacionalismo también se basan en criterios étnicos. La modernidad, con sus principios de inclusión bajo esta lógica estatal, se va a encontrar vinculada con formas de exclusión étnica[5]. Los grupos que se convierten en minorías frente a otros han sido llevados a la asimilación y ven dicho fenómeno como una pérdida de su proyecto nacional e identitario. La selección de la etnia como criterio de definición y diferenciación se ha convertido en una elección prioritaria para los grupos de Bosnia, más no se debe de ver que sea el fin último sino un articulador bastante útil. En estos casos el movimiento etnonacional responde al objetivo de mantener y defender privilegios económico-políticos a través del uso discursivo de lo étnico.

La situación presente en Bosnia, donde los serbios se aferran a la autonomía plena de su entidad y donde los bosniacos demandan un territorio y entidad estatal firme y unificada, es resultado directo de políticas nacionalistas de los partidos políticos de cada grupo. Tres etno-nacionalismos coexisten en un mismo espacio y territorio y es común que entre estos existan demandas políticas en nombre de la identidad y cultura; aunque no hayan muchas diferencias entre ellos más que la religiosa.

Desde hace dos décadas, esta discursiva ha sido usada como un bastión del proyecto etnonacionalista de los serbobosnios. El argumento etnico, histórico e identitario ha resultado muy popular en dicha retórica. Uno de los argumentos más fuertes es con respecto a la distribución territorial y de la población como consecuencia de la guerra reciente, la cual es vista como una injusticia y castigo. Para la República Srpska, invocar las injusticias[6] del pasado es bastante efectivo para justificar que los fracasos dentro de Bosnia son consecuencia de dichos reclamos. Los grupos etnonacionalistas dentro de Bosnia son específicos, requieren de una entidad separada para proteger la identidad y sus propios intereses nacionales.

La ausencia de la posibilidad de redireccionar los procesos históricos para el fortalecimiento de la identidad política y nacional de Bosnia tiene como un posible resultado la desintegración de la sociedad y, por ende, estatal. El secesionismo, como una idea política dentro del proyecto, es una amenaza latente que es común que ocasiona temores dentro del país. Un grupo que desarrolla una identidad independiente y merecedora de un espacio específico pone en alerta a la región entera.

Los serbobosnios deben encontrar un modo de convivencia para identificarse con el resto de los grupos constitutivos sin poner en peligro la integridad estatal y territorial de Bosnia-Herzegovina. Cabe aclarar, como conclusión, que una solución simple no es fácilmente aplicable en un Estado que desde el final de la guerra ha sido reclamado por tres grupos étnicos para cada uno. Sin embargo, este fenómeno no debe pasarse por alto de nuestra atención y análisis.


[1] Federico José Saracho López, “El espacio negativo”, en Espacios negativos. Praxis y antipraxis, Akal, 2020. pp. 104.

[2] Ovidio Delgado, Debates sobre el espacio en la geografía contemporánea, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2003. pp. 136

[3] Federico José Saracho López, Sobre el espacio de la identidad. La fabricación de la nación y la geopolítica de su contradicción, México, Ediciones Monosílabo, 2019, p. 27

[4] Ibid, p. 14

[5] Andreas Wimmer, Nationalist exclusion and ethnic conflict. Shadows of Modernity, Reino Unido, Cambridge University Press, 2004, p. 45

[6] Para los serbobosnios, la injusticia más grande para su nación es haber sido limitados a una entidad dentro de BiH y no poder llevar a cabo el proyecto de la Gran Serbia que se buscaba dentro de la Guerra de Bosnia.


Referencias

Bildt, Carl. 2021. “Bosnia to War, To Dayton, and to its Slow Peace.” European Council on Foreign Relations 371 (ECFR): 1-29.

Connor, Walker. 1994. Ethnonationalism: The Quest for Understanding. Estados Unidos: Princeton University Press.

Delgado, Ovidio. 2003. Debates sobre el espacio en la geografía contemporánea. Bogota, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.

Devic, Ana. 1998. “Ethnonationalism , Politics, and the Intellectuals: The Case of Yugoslavia.” International journal of Politics, Culture, and Society 11 (3): 375-409.

Lefebvre, Henri. 2020. La producción del espacio. Translated by Emilio Martínez. N.p.: CAPITÁN SWING LIBROS.

Saracho López, Federico. 2019. Sobre el espacio de la identidad. La fabricación de la nación y la geopolítica de su contradicción. México: Ediciones Monosílabo.

Saracho López, Federico. 2020. Espacios negativos: praxis y antipraxis. N.p.: Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras.

Suzman, M. 2016. Ethnic Nationalism and State Power: The Rise of Irish Nationalism, Afrikaner Nationalism and Zionism. N.p.: Palgrave Macmillan UK.

Wimmer, Andreas. 2009. Nationalist Exclusion and Ethnic Conflict: Shadows of Modernity. Cambrigde: Cambridge University Press.

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