Militarización del cuerpo social y enfoques alternativos a la seguridad: el caso de Cachemira

Gianna Andrea Rodríguez Quiroz

Salil Bera / TheWeek

“mirar a los cuerpos como territorios vivos e históricos donde habitan nuestras heridas, memorias, saberes, deseos, sueños individuales y comunes; mirar a los territorios como cuerpos sociales que están integrados a la red de la vida…”

Delmy Tania Cruz Hernández

Desde los últimos años hemos comenzado a ser testigos del rápido auge de la potencialización del uso de las fuerzas armadas, así como las consecuencias que ello ha tenido en nuestra cotidianidad, viéndose afectado un tejido que parece ser invisible pero que al mismo tiempo envuelve y conecta a cada individuo de una comunidad: el cuerpo social.  Así como el cuerpo humano está compuesto por diversos órganos y sistemas que trabajan en conjunto para mantener el funcionamiento y equilibrio del organismo, el cuerpo social está compuesto por individuos, grupos sociales, instituciones y estructuras que interactúan entre sí y se influencian mutuamente.

¿De qué manera el cuerpo social se ve afectado por la militarización? ¿Cómo es que este se termina militarizando? Para comprender mejor el proceso por el cual el cuerpo-territorio de lxs individuos pasa a ser utilizado y disputado por las fuerzas armadas, se utilizará un ejemplo respecto a un conflicto militar latente en Cachemira, una región ubicada en el Himalaya y disputada entre Pakistán e India desde la partición de la India británica en 1947.

El conflicto en Cachemira ha llevado a una presencia militar significativa en la región, la cual se ha dividido entre zonas que se ocupan militarmente: la India tiene presencia en las áreas del norte mientras que el ejercicio de control de las regiones de Jammu, en la parte sur, es por parte de Pakistán.[1] No obstante, en los últimos años, diversos reportes advierten de un mayor incremento de presencia militar por parte de India (Ruelas, 2018).

La militarización ha creado y ha tenido como consecuencia una atmósfera de abusos y torturas para las comunidades que se encuentran habitando Cachemira, abusos que incluyen desde detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas (El País, 2008). La ocupación militar en este espacio es un ejemplo claro de lo que es la militarización del cuerpo social debido a la manera en la que las fuerzas militares y de seguridad han adquirido una presencia dominante que termina afectando la vida cotidiana de la población local, afectando eventualmente la seguridad humana, y los derechos de las y los individuos de los espacios que se encuentran en disputa. 

El cuerpo social de Cachemira se ha visto inmerso en un ambiente de hostigamiento, miedo y desconfianza, donde las interacciones y relaciones humanas están mediadas a costa del control militar. Este tipo de presencia militar constante es la que se logra militarizando al cuerpo social, alejándolo de toda experiencia que no sea constantemente violenta. Es la misma imposición de restricciones a la libertad de movimiento y expresión, que han surgido como consecuencia de las denuncias de violaciones de derechos humanos, la que causa un constante impacto en las comunidades que llevan años tratando de (co)existir en un ambiente que solamente tiene como objetivo la destrucción del cuidado de cualquier individuo.

Y es que precisamente este ejemplo de la violencia que la militarización puede causar en espacios que únicamente deberían de ser destinados a la sana convivencia y a la armonía entre seres humanos-naturaleza-ambiente, nos ayuda a comprender que los Estados tienen como tarea urgente el buscar y ejecutar alternativas a la seguridad tanto de sus propios territorios como la seguridad de las personas que los habitan. Para encontrar soluciones duraderas y justas para cualquier tipo de conflicto tanto territorial como de importancia urgente para un Estado, es necesario alejarse de las narrativas completamente militares como objetivo principal y abordar la cuestión desde enfoques alternativos a la seguridad. Uno de estos enfoques podría radicar, desde mi perspectiva, en la promoción de la justicia social y la igualdad de oportunidades para todas las comunidades que habitan los espacios, así como reconocer y respetar la diversidad cultural y religiosa de los mismos, fomentando la inclusión y el diálogo, en lugar de la imposición de soluciones unilaterales.

Otro enfoque alternativo implica la desmilitarización progresiva del cuerpo-territorio, buscando reducir la presencia de fuerzas militares y de seguridad a través de la promoción de un enfoque de paz y cooperación, así como garantizar que las luchas de las personas afectadas sean escuchadas y respetadas para una mayor estabilidad y legitimidad en las políticas y decisiones que afectan sus vidas. De igual manera es importante la separación de las tareas civiles de los cuerpos militares, entendiendo las consecuencias que esto puede tener en corto y largo plazo.

La búsqueda de la seguridad de la humanidad puede, y debe, tener enfoques distintos a los que se han ejecutado con tanta facilidad y tanto daño, “y comenzar a reflexionar que esta seguridad también implica tomar en cuenta sobre aspectos que nos definen como seres humanos: fragilidad y vulnerabilidad” (Nussbaum,1995, p.29). Reconocer la vulnerabilidad de lxs otrxs es un paso vital e importante para seguir planteando y buscando enfoques que tengan como objetivo el cuidado y preservación de la vida, además de la seguridad de todas las personas que conforman espacios que deberían de estar destinados al respeto y el cuidado de la dignidad y los derechos que conforman el diverso y resiliente cuerpo social.

Fuentes consultadas:

Cortes Pinzon, Andra Melissa (2012), “Análisis del conflicto indo – paquistaní, por la región de Cachemira durante el periodo comprendido entre 1947 y 1972”, http://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/2866/53080011- 2012.pdf;sequence=3

Echeveri, Juan A., y Rodrígo Botero.(2002) «¿Política territorial o territorializar la política? Ensayo metodológico en la Dirección Territorial Orinoquia Amazonia». En Parques con la gente II:Política de participación social en la conservación, 267-87. Bogotá: Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia y Ministerio del Medio Ambiente.

Foucault, Michel. 1984. Historia de la sexualidad II . 8.a ed. Graal.

El País, “India y Pakistán abren una puerta para superar el conflicto de Cachemira” https://elpais.com/internacional/2008/10/21/actualidad/1224540005_850215.html

Haesbaert, Rogério. (2020). Del cuerpo-territorio al territorio-cuerpo (De la tierra): contribuciones Decoloniales. Cultura y representaciones sociales, 15(29), 267-301. Epub 07 de marzo de 2022. Recuperado en 25 de julio de 2023, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-81102020000200267&lng=es&tlng=es.

Nussbaum, Martha. (1995) La fragilidad del bien, Visor, Madrid

Ruelas Valdes, Diana (2018) Cachemira: un conflicto interminable entre Paquistán y la India. Instituto de Investigaciones de la Armada de México. Disponible en: https://cesnav.uninav.edu.mx/cesnav/ININVESTAM/docs/docs_informativos/di_01-18.pdf

UNDP ARGENTINA (1998) Capítulo I: Concepto y dimensiones de la seguridad humana PNUD Argentina 1998


[1]Es importante rescatar que gran parte del conflicto fue también gracias al choque entre dos proyectos de nación. Por un lado, India pretendía retener Cachemira para demostrar que la provincia podía prosperar en un Estado secular, por otro lado el gobierno de Islamabad, creía que la población de Cachemira, que es de mayoría musulmana, pertenecía a Pakistán.

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